No sabemos si por los encargados de la Alcaldía se ha practicado la inspección de las llantas de las ruedas de los ómnibus, jardineras y demás carruajes destinados al servicio publico, que dias atrás ordenó el señor Alcaide, según anunciamos.
Si no se ha verificado todavía, debe practicarse en breve y con la mayor escrupulosidad y cuidado, á fin de reconocerlas y ver si en efecto las llantas reúnen o no las condiciones citadas en las ordenanzas municipales.
Hemos observado en distintas ocasiones que la forma de dichas llantas es convexa, y que no tienen el diámetro conveniente, lo cual constituye un defecto de monta para la seguridad en la marcha de los carruajes, y lo que es peor, un desgaste notabilísimo para los empedrados, cuya conservación resulta de esta manera mucho más gravosa á los intereses municipales.
Cuando estaba al frente de la Alcaldía el señor Porcar y Tió, tomó con empeño el asunto y dictó acertadas medidas, que dieron resultados satisfactorias, puesto que todas las llantas de los carruajes públicos, se pusieron en las condiciones dispuestas en las ordenanzas municipales.